Categorías
Misal

Misal del Día

ANTÍFONA DE ENTRADA

Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas. 

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que inspiras y llevas a término todo buen propósito, conduce a tus hijos por el camino de la salvación eterna y haz que quienes, dejándolo todo, se consagraron totalmente a ti siguiendo a Cristo y renunciando a lo mundano, en espíritu de pobreza y humildad de corazón te sirvan fielmente a ti y a sus hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo… 

PRIMERA LECTURA

La gloria del Señor se manifestó en forma visible.

Del libro del profeta Ezequiel: 1, 2-5.24-28

El día cinco del mes cuarto (era el año quinto de la deportación del rey Joaquín), me fue dirigida la palabra del Señor a mí, Ezequiel, sacerdote, hijo de Buzí, en el país de los caldeos, a orillas del río Kebar, y fui arrebatado en éxtasis.

Vi venir del norte un viento huracanado, una gran nube rodeada de resplandores y relámpagos, y en su centro, algo parecido al brillo del ámbar. En medio aparecían cuatro seres vivientes, que tenían forma humana. Oí el ruido de sus alas cuando se movían: era como el estruendo de un río caudaloso, como el trueno del Altísimo, como la gritería de una multitud o como el estruendo de un ejército en batalla. Cuando se detenían, plegaban sus alas.

Encima de la plataforma había una especie de zafiro en forma de trono y de esta especie de trono sobresalía una figura, que parecía un hombre. Vi luego una luz, como brillo de ámbar, como un fuego que envolvía al hombre, desde la cintura para arriba; desde la cintura para abajo, vi también algo como fuego, que difundía su resplandor, parecido al del arco iris que se ve en las nubes, cuando llueve. Tal era la apariencia visible de la gloria del Señor. Cuando yo la vi, caí rostro en tierra.

Palabra de Dios.

SALMO

Del salmo 148, 1-2. 11-12. 13. 14.

R/. El cielo y la tierra están llenos de tu gloria.

Alaben al Señor en las alturas, alábenlo en el cielo, que alaben al Señor todos sus ángeles, celestiales ejércitos. R/.

Reyes y pueblos todos de la tierra, gobernantes y jueces de este mundo; hombres, mujeres, jóvenes y ancianos, alaben al Señor y denle culto. R/.

El nombre del Señor alaben todos, pues su nombre es excelso; su gloria sobrepasa cielo y tierra, y ha hecho fuerte a su pueblo. R/.

Que alaben al Señor todos sus fieles, los hijos de Israel, el pueblo que ha gozado siempre de familiaridad con él. R/.

ACLAMACIÓN

Aleluya, Aleluya

Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R/.

Aleluya, Aleluya

EVANGELIO

Lo van a matar, pero al tercer día va a resucitar. – Los hijos están exentos de impuestos.

Del santo Evangelio según san Mateo: 17, 22-27


En aquel tiempo, se hallaba Jesús con sus discípulos en Galilea y les dijo: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo van a matar, pero al tercer día va a resucitar”. Al oír esto, los discípulos se llenaron de tristeza.

Cuando llegaron a Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los recaudadores del impuesto para el templo y le dijeron: “¿Acaso tu maestro no paga el impuesto?” Él les respondió: “Sí lo paga”.

Al entrar Pedro en la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: “¿Qué te parece, Simón? ¿A quiénes les cobran impuestos los reyes de la tierra, a los hijos o a los extraños?”. Pedro le respondió: “A los extraños”. Entonces Jesús le dijo: “Por lo tanto, los hijos están exentos. Pero para no darles motivo de escándalo, ve al lago y echa el anzuelo, saca el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y paga por mí y por ti”.

Palabra del Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por estos santos dones que te presentamos, santifica, Señor a tus siervos que has congregado en tu nombre, a fin de que, cumpliendo con fidelidad sus votos, te sirvan con un corazón sincero. Por Jesucristo nuestro Señor. 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

El ángel del Señor dijo a Elías: Levántate y come, porque aún te queda un largo camino. 

ORACIÓN DESPÚES DE LA COMUNIÓN

A quienes tu amor ha congregado y hecho partícipes de un mismo pan, concédeles, Señor, ayudarse y animarse mutuamente en la práctica de la caridad y de las buenas obras, para que, con una vida santa, den en todas partes testimonio eficaz de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.