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Misal del Día

ANTÍFONA DE ENTRADA

Dice el Señor: Arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, les infundiré mi espíritu. Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.

ORACIÓN COLECTA

Inflama, Señor, nuestros corazones con el Espíritu de tu amor, para que podamos pensar siempre lo que es digno y agradable a tus ojos y amarte sinceramente en los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

Obedezcan como quien sirve al Señor y no a los hombres.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios 6, 1-9

Hijos, obedezcan a sus padres por amor al Señor, porque eso es justo. Honrarás a tu padre y a tu madre es un mandamiento muy importante, que lleva consigo esta promesa: Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra.

Padres, no exasperen a sus hijos; más bien fórmenlos y corríjanlos, para educarlos bien, como el Señor quiere.

Esclavos, obedezcan a sus amos de este mundo con docilidad, respeto y sencillez de corazón, como a Cristo; no sólo cuando los están mirando, ni sólo para quedar bien con ellos, sino como esclavos de Cristo, que cumplen de corazón la voluntad de Dios. Sírvanles, pues, de buena gana, como quien sirve al Señor y no a los hombres, recordando que cada uno, sea esclavo o libre, será recompensado por el Señor, según el bien que haya hecho.

Y ustedes, amos, correspondan a sus esclavos en una forma semejante. Absténganse, pues, de toda clase de amenazas, recordando que tanto ellos como ustedes tienen el mismo amo, que está en los cielos y en el cual no hay favoritismos por una persona o por otra.

Palabra de Dios.

SALMO

Del salmo 144, 10-11. 12-13ab. 13cd-14

R/. El Señor es fiel a sus palabras.

Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.

Que muestren a los hijos de los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, por todas las generaciones. R/.

El Señor es siempre fiel a sus palabras y bondadoso en todas sus acciones. Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. R/.

ACLAMACIÓN

Aleluya, Aleluya

Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R/.

Aleluya, Aleluya

EVANGELIO

Vendrán del oriente y del poniente y participarán en el banquete del Reino de Dios.

Del santo Evangelio según san Lucas 13, 22-30

En aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”

Jesús le respondió: “Esfuércense por entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se pondrán a tocar la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Pero él les responderá: ‘No sé quiénes son ustedes’. Entonces le dirán con insistencia: ‘Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas’. Pero él replicará: ‘Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes. Apártense de mí, todos ustedes los que hacen el mal’. Entonces llorarán ustedes y se desesperarán, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera. Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios. Pues los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos”. 

Palabra del Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica, Señor, por tu piedad, estos dones, y al recibir en oblación este sacrificio espiritual, concédenos que podamos extender a todos tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

Ahora tenemos estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor; pero el amor es la mayor de las tres.

ORACIÓN DESPÚES DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Señor, que infundas la gracia del Espíritu Santo en quienes has saciado con el mismo pan del cielo; y que nos reanimes abundantemente con la dulzura de la caridad perfecta. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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