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03-Mayo-2021

PRIMERA LECTURA

Dios ha constituido a Jesús, Señor y Mesías.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 14. 22-24. 32-36

El día de Pentecostés, se presentó Pedro, junto con los Once, ante la multitud, y levantando la voz, dijo: “Israelitas, escúchenme. Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por Dios ante ustedes, mediante los milagros, prodigios y señales que Dios realizó por medio de él y que ustedes bien conocen. Conforme al plan previsto y sancionado por Dios, Jesús fue entregado, y ustedes utilizaron a los paganos para clavarlo en la cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte, ya que no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio.

Pues bien, a este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos. Llevado a los cielos por el poder de Dios, recibió del Padre el Espíritu Santo prometido a él y lo ha comunicado, como ustedes lo están viendo y oyendo”. Porque no fue David el que subió a los cielos, pues él mismo afirma: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha y yo pondré a todos tus enemigos debajo de tus pies.

Sepa todo Israel, con absoluta certeza, que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús, a quien ustedes han crucificado”.

Palabra de Dios.

SALMO

Del salmo 77, 1-2. 34-35. 36-37. 38.

R/. No olvidemos las hazañas del Señor. Aleluya.

Escucha, pueblo mío, mi enseñanza; presten oído a las palabras de mi boca. Abriré mi boca y les hablaré en parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo. R/.

Cuando Dios los hacía morir, lo buscaban y madrugaban para volverse hacia él. Se acordaban de que Dios era su auxilio; el Dios altísimo, su redentor. R/.

Lo adulaban con su boca, le mentían con su lengua; su corazón no era sincero con él ni eran fieles a su alianza. R/

Pero él sentía lástima de ellos, les perdonaba su culpa y no los destruía. Muchas veces dominó su ira y apagó el furor de su cólera. R/.

SEGUNDA LECTURA

Cristo se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó.

De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 2, 6-11

Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios.

ACLAMACIÓN

Aleluya, Aleluya

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque con tu santa cruz redimiste al mundo. R/.

Aleluya, Aleluya

EVANGELIO

El Hijo del hombre tiene que ser levantado.

Del santo Evangelio según san Juan: 3, 13-17

En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él”.

Palabra del Señor.